sábado, 22 de septiembre de 2018
Monchy Rodríguez ... FLORES PARA EL CAMINO
Por C. J. Barro
SANTIAGO R.D - Un mes ha transcurrido desde el lamentable deceso de Monchy Rodríguez, y aun sus familiares, compañeros y amigos no asimilamos el duro y demoledor golpe de su partisa.
Leal a sus principios, pero con una extraordinaria sensibilidad para comprender el drama que viven los excluidos de siempre, aunque estos no predicaran su credo político.
Monchy rompió los tradicionales esquemas, se superó formándose académicamente , y cuando le sorprendió la muerte, cursaba una maestría en una universidad local.
Excelente padre y esposo que supo prodigar amor entre los suyos con equidad y singular empeño.
A lo lejos observe el transitar del cortejo fúnebre que le condujo a la eterna morada, vi todo un pueblo rendir tributo al lider, compañero y amigo, que en un ataúd rodeado de expresivas flores nos decía adiós con la majestuosidad del silencio.
Cientos de vehículos desfilaron detrás del carro fúnebre, pude observas una joven con ojos humedecidos por el llanto y mano trémula lanzar flores al carro fúnebre.
La sonrisa franca y sincera de Monchy quedó grabada en mi mente cual si fuera un hermoso retrato colgado en la pared.
La última vez que le vi, le referí un viejo amigo que atravesaba por problemas de salud, procediendo de inmediato a socorrerle.
Yo no soy peledeista, y tenía con Monchy una buena relación personal, y comprendí el porqué de aquel vínculo afectivo, cuando vi llorar en su sepelio a connotados adversarios políticos de él.
Al alejarse el vehículo que conducía su cuerpo inerte, tome en mis manos una de las flores caídas en el suelo, y dije para mi "Amigo Monchy, flores para el camino"... Y lancé nuevamente la flor al suelo.
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