SANTIAGO, R.D. - Inaccesible, prepotente, soberbio y abusivo, son algunos de los calificativos para definir a Abel Atahualpa Martínez Durán.
Abel, es un político con el olfato desarrollado de todo oportunista que abraza causas por motivaciones de alto interés personal y político.
Abel, no tiene amigos, sino servidores que hacen la labor de esclavos al servicio del Rey, que de forma despótica los maneja a su antojo.
Pocos días faltan para la consulta popular, encuestas recientes tienen a Abel histérico, preso de temor y en una actitud violenta.
Abel, sabe que se va, y ese convencimiento interior lo tiene alterado y fuera de sí, y para colmo escucha a menudo el conocido merengue MI COMPADRE VÁYASE EN PAZ.
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