martes, 28 de enero de 2020

Abel Martínez baja, Gilberto Serulle y Ulises suben




SANTIAGO, R.D. - El síndico Abel Martínez sustentó su éxito y popularidad en la alcaldía de Santiago en pie de barro. Surgió sobre la pestilencia de la basura que él mismo sembró de manera conspirativa para hacer saltar del cargo al alcalde Gilberto Serulle.

Le sumó, al llegar en esas condiciones al ayuntamiento, un enemigo del ejercicio público y político, la arrogancia, la falta de humildad.

Se tornó soberbio, cerró el Palacio Municipal a las masas, esas que por la basura acumulada deliberadamente lo subieron al Poder municipal.

Ejerce una pasión desenfrenada sobre sí mismo. Es una actitud que consiste en adorarse a sí mismo: sus notas más características son prepotencia, presunción, jactancia, vanagloria, estar por encima de todos lo que le rodean.

Su sola obra ha sido recoger la basura que él mismo regó en complicidades, nada más…

Le agregó la arbitrariedad, el abuso, el atropello permanente a los humildes, documentados en videos y acciones que marcan un antes y un después.

Hoy, su conducta le cobra factura, no mediática, sino real, marcada en el descenso que fijan los números de las encuestas.

Todo, después que salieron al ruedo los candidatos Gilberto Serulle y Ulises Rodríguez.

Gilberto Serulle por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que es la contraparte, es el poder de la humildad.

Hizo un gobierno municipal participativo, incluyente, con un alto contenido social y de obras vitales en diferentes renglones.

Las encuestas y los sondeos empiezan a reflejar una realidad, y es que Gilberto ha logrado convertirse en el candidato de los pobres y las fuerzas progresistas que ven en él al visionario constructor y al humano y solidario que desarrolló una gran obra física y social, sin cometer abusos ni atropellos contra humildes santiagueros.

Ulises Rodríguez, legislador, de la mano del PRM, principal partido de oposición, con números muy buenos en aceptación, se convierte en un dolor de cabeza para el síndico actual, que baja y baja en el favor de las masas por sus atropellos y violencia contra los humildes.

En definitiva, Santiago va trazando rumbo al ritmo de  no querer ciudad limpia a expensas de violencia, atropellos y exclusión social.

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