SANTIAGO, R.D. - Las acostumbradas visitas con motivo del día de
los padres, hizo que los dos principales cementerios de esta ciudad fueran
abarrotados por cientos de personas.
Matilde Toribio, lleva 40 años acudiendo el camposanto de El Ingenio. Allí
están sepultados los restos de su padre y sus abuelos.
Desde ventas de flores, hasta empresas dedicadas a los oficios funerarios,
regalaban velones para que pudieran colocarlos en las tumbas de los parientes
fallecidos y que están enterrados en el centenario cementerio de la 30 de marzo
y El Ingenio.
“Aunque mi padre murió hace pocos años, vengo también a traer flores y
limpiar las tumbas de mis abuelos y recordarme lo mucho que me querían”,
expresa Matilde Toribio.
Contrario a otras ocasiones, los dos camposantos lucen mejorados en su
mantenimiento por parte de las autoridades. Además, colocaron vigilancia para
impedir que delincuentes puedan aprovecharse de estas situaciones.
Pese a la concurrencia en los cementerios, esto no ocurrió igual en el
comercio que lució tímido.
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