martes, 5 de junio de 2018

Salvador Jorge Blanco: civilista, jurisconsulto y político


SANTIAGO, R.D. – Un día como hoy, 5 de julio del 1926 nació en esta ciudad el Dr. Salvador Jorge Blanco, ex presidente constitucional de la República y alto dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).



Sus aportes al país quedaron grabados en diversos renglones de la vida nacional:


Energía: La instalación del parque ITABO, empresas termoeléctricas las cuales sostienen todavía el sistema eléctrico nacional.

Deporte: Creación del Complejo La Barranquita en la ciudad de Santiago, apoyo irrestricto a los Juegos Nacionales y a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en Santiago.

Vivienda: Los proyectos INVIVIENDA Santiago e INVIVIENDA Santo Domingo y ambiciosos proyectos donde hoy habitan miles de dominicanos.

Agricultura: Construcción del canal de riego que teniendo como abasto la presa de Sabana Yegua, irriga miles de tareas en Azua y comunidades vecinas, convirtiendo tierras áridas en fértiles, hoy productoras.

Militar y policial: Creación del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional (ISSFAPOL), NUEVO Hospital Central de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.

Alimentación: INESPRE jugaba su rol y diversos mercados en todo el país eran visitados por ciudadanos para adquirir productos de primera necesidad a bajo precio.

Salud Pública: El más efectivo programa preventivo de enfermedades en la historia del país.

Educación: Construcción de cientos de planteles para la educación primaria y secundaria.

Vial: Ampliación a cuatro carriles de la Autopista Duarte, desde Santo Domingo hasta el KM. 28.

Comunicación: Rompe el monopolio de CODETEL y se dan las condiciones jurídico políticas para la incorporación al mercado de diversas compañías de comunicación, siendo las primeras de ellas TRICOM.


Estas y cientos de obras más fueron desarrolladas en el cuatrienio 1982 – 1986, que presidio el Dr. Salvador Jorge Blanco como un hombre integro y honesto que tuvo que soportar las calumnias que contra el vertieron sectores del oscurantismo en la República Dominicana, y hoy, ocho años después de su muerte, su figura se agiganta, llegando a dimensiones imperceptibles para sus detractores que siguen habitando en el fango y en el ostracismo político nacional.  


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