Por Rafael Medrano
MONTECRISTI, R.D. - Los bucaneros y filibusteros eran habitantes de la parte occidental de la isla La Española, que hoy es Haití y República Dominicana.
Estos habitantes se dedicaban a la piratería y extorsión en rebeldía a los grandes impuestos que les imponía el gobierno español. Su hábitat principal eran las zonas costeras, donde comercializaban los cueros y las carnes ahumadas que vendían a los franceses que se aproximaban en grandes embarcaciones a la costa norte.
Si ustedes recuerdan, nuestra historia recoge cómo las Devastaciones de Osorio, quien era gobernador de la isla y por orden del gobierno de España trasladó a todos los habitantes de Montecristi y Puerto Plata adonde hoy es Monte Plata y Bayaguana.
No quisiera yo pensar que el presidente Danilo se vea obligado a proteger los pobladores de esta parte de la isla, azotados por la sequía y el chantaje de los bucaneros, ahora con saco y corbata.
Un tal Tito Bejarán que maneja los equipos del gobierno para hacer pozos tubulares, en aparente asistencia a los ganaderos, tiene la cachaza de exigirles que para hacerles los pozos tubulares deben aportar el combustible, comida y dormitorios a los operarios, y 4 mil pesos de dieta diario, lo que implicaría un costo aproximado de 50,000 pesos por pozo.
¿Dígame, esta es la mano amiga del gobierno o son acciones de los nuevos filibusteros y bucaneros que operan en Montecristi?
No queremos devastaciones, ni bucaneros y filibusteros, queremos el apoyo del gobierno para seguir produciendo y contribuyendo con la estabilidad del país pagando nuestros impuestos al mismo tiempo que creamos nuestros empleos.
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